Condenan a 54 agentes DINA por la desaparición de Ingeniero Químico en 1975.

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Hernán Crisosto Greisse, dictó –el jueves 5 de noviembre recién pasado- sentencia por el delito de secuestro calificado de Juan Carlos Perelman Ide, ilícito perpetrado a partir del 20 de febrero de 1975. Episodio que forma parte de la investigación de la denominada “Operación Colombo”.

En la resolución (causa rol 2182-98), el ministro de fuero condenó a penas de 13 años de presidio, en calidad de coautores del delito de secuestro calificado, a los ex agentes de la DINA:

  • Pedro Octavio Espinoza Bravo
  • Miguel Krassnoff Martchenko
  • Raúl Eduardo Iturriaga Neumann

En tanto, condenó a penas de 10 años de presidio, también en calidad de coautores, a los ex agentes del Estado:

  • Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo
  • Basclay Zapata Reyes
  • Francisco Maximiliano Ferrer Lima
  • Gerardo Ernesto Godoy García
  • Ricardo Víctor Lawrence Mires
  • Ciro Ernesto Torré Sáez
  • Rosa Humilde Ramos Hernández
  • Teresa del Carmen Osorio Navarro
  • José Mario Friz Esparza
  • Pedro René Alfaro Fernández
  • José Abel Aravena Ruiz
  • Claudio Enrique Pacheco Fernández
  • José Alfonso Ojeda Obando
  • Heriberto del Carmen Acevedo
  • Luis René Torres Méndez
  • Rodolfo Valentino Concha Rodríguez
  • Hugo del Tránsito Hernández Valle
  • Juan Ángel Urbina Cáceres
  • Manuel Rivas Díaz
  • Jerónimo del Carmen Neira Méndez
  • Silvio Antonio Concha González
  • Héctor Wacinton Briones Burgos
  • Carlos López Inostroza
  • José Nelson Fuentealba Saldías
  • Luis Rigoberto Videla Inzunza
  • Raúl Juan Rodríguez Ponte
  • Palmira Isabel Almuna Guzmán
  • Osvaldo Pulgar Gallardo
  • Roberto Hernán Rodríguez Manquel
  • Rafael de Jesús Riveros Frost
  • Leonidas Emiliano Méndez Moreno

En el caso del coautor Samuel Enrique Fuenzalida Devia, el magistrado lo condenó a 541 días.

Asimismo, el ministro Crisosto Greisse condenó a penas de 4 años de presidio, en calidad de cómplices, a los agentes:

  • Eugenio Jesús Fieldhouse Chávez
  • José Jaime Mora Diocares
  • Delia Virginia Gajardo Cortés
  • Reinaldo Concha Orellana
  • Osvaldo Octavio Castillo Arellano
  • Víctor Manuel Molina Astete
  • Fernando Enrique Guerra Guajardo
  • Guido Arnoldo Jara Brevis
  • Hugo Hernán Clavería Leiva
  • Jorge Luis Venegas Silva
  • Juan Carlos Escobar Valenzuela
  • Carlos Enrique Miranda Mesa
  • Víctor Manuel Álvarez Droguett
  • Raúl Alberto Soto Pérez
  • Pedro Mora Villanueva
  • Moisés Paulino Campos Figueroa
  • Óscar Belarmino la Flor Flores
  • Miguel Ángel Yáñez Ugalde
  • Héctor Carlos Díaz Cabezas

Absueltos del delito de secuestro calificado resultaron: Fernando Eduardo Lauriani Maturana, Manuel Andrés Carevic Cubillos, César Manríquez Bravo, Alejandro Francisco Molina Cisternas, Nelson Alberto Paz Bustamante, Héctor Raúl Valdebenito Araya, José Stalin Muñoz Leal, Nelson Aquiles Ortiz Vignolo, Pedro Segundo Bitterlich Jaramillo, Gustavo Galvarino Caruman Soto, Carlos Enrique Letelier Verdugo, Herman Eduardo Ávalos Muñoz, Raúl Bernardo Toro Montes, Pedro Ariel Araneda Araneda y Sergio Iván Díaz Lara.

En tanto, Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, Pedro Octavio Espinoza Bravo, Miguel Krassnoff Martchenko y Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, fueron absueltos del delito de asociación ilícita.

En el aspecto civil, el ministro Hernán Crisosto acogió las demandas presentadas por los hermanos y la conviviente de la víctima, ordenando al Estado de Chile pagar una indemnización total, concepto de daño moral, de $155.000.000.

Los hechos

En la etapa de investigación, el ministro en visita dio por acreditada la siguiente secuencia de hechos:

-Que en horas de la mañana del 20 de febrero de 1975, Juan Carlos Perelman Ide, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenido en un departamento ubicado en Avenida Francisco Bilbao N°2911, comuna de Providencia, por agentes de Estado pertenecientes a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), quienes lo trasladaron al recinto de reclusión clandestino denominado “Cuartel Terranova” o “Villa Grimaldi”, ubicado en Lo Arrieta N° 8200, de la comuna de La Reina, que era custodiado por numerosos guardias armados y al cual sólo tenían acceso los agentes de dicha organización;

-Que Perelman Ide permaneció en “Villa Grimaldi” sin contacto con el exterior, vendado y amarrado, siendo continuamente sometido a interrogatorios bajo tortura por los agentes de la Dina que operaban en dicho cuartel, lo que realizaban con el propósito de obtener información relativa a integrantes del MIR, para proceder a la detención de otros miembros de esa organización. Fue visto por última vez por otros detenidos un día no determinado de febrero de 1975, sin que exista ningún antecedente que permita establecer un destino final hasta la fecha;

-Que posteriormente, el nombre de Juan Carlos Perelman Ide apareció en un listado de 119 personas, publicado –sin que existiera la corroboración correspondiente–, en la prensa nacional luego que figurara en una lista publicada en la revista “O’DIA” de Brasil, de fecha 25 de junio de 1975, que posteriormente se pudo determinar que sólo tuvo circulación en esa fecha, dándose cuenta en ella que Juan Carlos Perelman Ide había muerto en Argentina, junto a otras 58 personas pertenecientes al MIR, a causa de rencillas internas suscitadas entre los miembros de esa organización política chilena, y

-De los antecedentes que se han enumerado en el fundamento 1° se desprende inequívocamente que las publicaciones que dieron por muerto al nombrado Perelman Ide, víctima de un homicidio perpetrado por personas afines a su ideología política, tuvieron su origen en maniobras de desinformación planificadas por la DINA y llevadas a cabo por agentes de la misma organización, en el exterior.

Fuente: Poder Judicial de Chile


Memoria Viva

Juan Carlos Perelman Ide, 31 años, soltero, Ingeniero Químico, Economista; hasta 1973 se desempeñó en el Departamento de Inversiones de la CORFO, militante Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

El 20 de febrero de 1975, a las 10:30 horas de la mañana, el afectado y Gladys Díaz -su novia- se encontraban en el departamento de calle Bilbao 2911, el que ocupaban desde hacía tan sólo 15 días. A esa hora, ocho individuos, vestidos de civil, armados con metralletas y pertenecientes a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) -uno de ellos mostró una especie de credencial en la que se leía “Dirección de Carabineros de Chile”, diciendo que eran miembros de la DINA- se hicieron presentes en el domicilio. Preguntaron por él y exigieron la identificación al afectado y a Gladys Díaz, periodista y también militante del MIR.

Al enterarse los agentes de la presencia de Gladys Díaz Armijo -dijeron que ya la andaban buscando- hicieron subir al departamento a Lautaro Santiago Videla Moya, a quien traían detenido, el que les contó que la persona a la que andaban realmente buscando era a Jaime Reyes (dueño del departamento y amigo de Gladys Díaz).

Enseguida, los agentes procedieron a vendarle la vista a Juan Carlos Perelman y a Gladys, los sacaron del departamento, los subieron a un vehículo y los trasladaron hasta Villa Grimaldi, recinto secreto de reclusión y tortura de la DINA. En este lugar el afectado permaneció hasta el 28 de febrero de 1975, fecha en que fue sacado con rumbo desconocido junto a otros detenidos, entre ellos Carmen Díaz, Iván Montti Cordero; Alan Bruce; Jaime Vilches; Hugo Daniel Ríos; Jaime Vásquez y Manuel Edgardo Cortez Joo. Todos ellos permanecen en calidad de detenidos desaparecidos.

Cuando llevaron a Juan Carlos Perelman, Gladys Díaz -según lo testimonió en el Tribunal cuando aún se encontraba detenida en Tres Alamos- preguntó a los guardias a dónde se lo llevaban. Estos le respondieron que “algunos quedaban en libre plática y que otros eran llevados a Osorno”.

Respecto al significado más probable de la palabra Osorno, lo entrega el informe del Sr. Félix Ermacora, miembro de la Comisión Investigadora de la Situación de los Derechos Humanos en Chile, designada en 1980 por Naciones Unidas, en el cual se expresa que las destinaciones de los presos eran palabras en clave para indicar el futuro que esperaba a los detenidos. Así Puerto Montt significaba que se les eliminaría por tierra y Moneda que serían lanzados al mar.

Gladys Díaz denunció haber sido violentamente torturada junto a Juan Carlos Perelman, obligando a ambos a presenciar los sufrimientos aplicados al otro. Fueron sometidos a la “parrilla” (catre de fierro en el que se ataba a la víctima desnuda para proceder a propinarle golpes de corriente en todo el cuerpo), golpes generalizados (a Juan Carlos le quebraron una costilla), inmersión en el agua, teléfono (fuerte golpe en los oídos), alimentación sin glucosa e insomnio organizado.

Patricia Zúñiga -recluida a la fecha en Villa Grimaldi- declaró que el 26 de febrero de 1975, Gladys y Juan Carlos fueron llevados al sector conocido como “La Torre”, lugar en que habían 6 celdas muy pequeñas (80 por 90 cm.) con puertas correderas de 50 cm. de alto, sin luz ni ventilación, junto a otros detenidos que también desaparecerían. Según la testigo, el afectado fue sacado de ahí el 28 de febrero junto a otros detenidos, con destino desconocido. Gladys Díaz estuvo 80 días incomunicada en Villa Grimaldi.

Simón Perelman -padre del afectado- señaló que al momento de la detención de Juan Carlos y de Gladys Díaz, desaparecieron los efectos personales de ambos y un furgón citroen AK de propiedad del afectado. Además, agregó el testigo, en enero de 1975, dos individuos, que se hicieron pasar por compañeros de la universidad de su hijo, concurrieron a su domicilio. El 20 de febrero, el día de la detención de la víctima, nuevamente dos individuos (uno de ellos ya se había presentado en enero) llegaron hasta una casa vecina. La madre de Juan Carlos escuchó cuando preguntaban por el afectado, sin embargo los civiles se alejaron, sin dirigirse a ella.

En el mes de julio de 1975, se informó en dos oportunidades de la muerte del afectado, la que habría ocurrido en el extranjero. El 19 de julio de ese año, el Cónsul de Chile en Buenos Aires avisó telefónica y personalmente a Patricio Perelman -hermano de la víctima- que el cadáver de Juan Carlos había sido encontrado parcialmente carbonizado y con un balazo en la cabeza en Pilar, zona situada a 60 Kilómetros de Buenos Aires. La supuesta cédula de identidad del afectado la encontraron botada cerca del cuerpo de Juan Carlos. Familiares acudieron a Pilar para reconocer los restos. Sin embargo, constataron de inmediato que no se trataba del cuerpo de Juan Carlos. Peritajes posteriores confirmaron inequívocamente esta apreciación.

El informe del doctor Gregorio J. Ferra, médico de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, certificó que, por sus características físicas, el cadáver no correspondía al de Perelman. Por otra parte, el carnet estaba adulterado: contenía los datos de identidad de la víctima, pero la fotografía era de otra persona. Más aún, los análisis posteriores demostraron la adulteración de la firma y la no coincidencia de la huella digital de dicha cédula con la que constaba en el Pasaporte de Juan Carlos Perelman, el que había sido enviado desde Chile para los peritajes concernientes. El Comisario de la policía que atendió a Patricio Perelman en Argentina, le comentó que ellos sabían que se trataba de actuaciones de la Triple A (fuerza represiva argentina), que operaba en conjunto con la DINA.

También en julio de 1975, el nombre del afectado apareció incluido en la lista de 119 chilenos que presuntivamente habían muerto en enfrentamientos en el extranjero. Su nombre apareció en una nómina de 59 nombres en el diario “O’Dia” de Curitiba, Brasil, que fue publicado por única vez en esta oportunidad. La veracidad de este hecho jamás pudo ser comprobada, más aún, ningún Gobierno, ni el chileno ni el argentino, lo ratificaron oficialmente. Otra publicación de similares características, la revista LEA de Argentina dio otros 60 nombres. Estas 119 personas habían sido detenidas entre los meses de junio de 1974 y febrero de 1975, y la mayoría de ellas vistas por testigos en recintos secretos de detención de la DINA. Todas se encuentran desaparecidos.

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