Duchas Eléctricas: La convivencia diaria con un peligro inminente y la nula acción de las autoridades.

Al usarlas, usted tendrá aproximadamente 5200 Watts sobre su cabeza, con caída de agua incluida, lo cual equivale aproximadamente a encender simultáneamente dos hervidores y una plancha. Son masivamente utilizadas en ciertas zonas de nuestro país, como en el Bío-Bío, en donde en comunas como Concepción, Talcahuano y Chiguayante, se entregaron viviendas sociales por parte del Estado sin sistema de calefacción de agua, de acuerdo a testimonios de vecinos, los cuales encontraron en las duchas eléctricas una solución.

No obstante, fuera de que incumplen la normativa vigente y no están certificadas por la SEC, encarecen en demasía las cuentas de electricidad y arrastran un peligro inminente, tanto de incendio como de electrocución, si no se instalan con las precauciones necesarias. ¿Estará esperando la autoridad la ocurrencia de un incendio o que muera alguien?

Las duchas eléctricas son un sistema que es de uso sencillo, pero de muy alto consumo de energía eléctrica y por lo tanto, su instalación debe seguir ciertos pasos. En países como Brasil, México y Perú, se fabrican y usan en forma masiva y a Chile llegan fundamentalmente dos marcas de estos productos: Lorenzetti y Fame.

El problema de estos productos, es que a pesar de que ingresan a Chile a través de la homologación de un certificado que permite su incorporación a nuestro mercado, no cumple con lo dispuesto por la Normativa Chilena en términos de la zona de seguridad para baños. Una persona que se ducha o se da un baño de tina, debe estar alejada en al menos 60 centímetros de cualquier punto eléctrico o adecuadamente aislada de este.

La mala calidad o la antigüedad  de las instalaciones domiciliarias en general en nuestro país, hacen aún más complejo el panorama. Puestas a tierra que ya no cumplen su función de evitar la electrocución de quien se ducha o la ausencia de un interruptor diferencial (vital en la instalación de estos dispositivos) que detecte cualquier fuga de corriente y corte el suministro eléctrico al artefacto, hacen aún más peligroso el panorama. Una electrocutó con ese nivel de consumo eléctrico es simplemente mortal.

Zona de seguridad para baños y duchas exigida por la normativa eléctrica vigente. (NCh 4/2003). La persona que se ducha debe estar alejada al menos en 60 cm. de cualquier punto eléctrico.

La mayoría de las duchas eléctricas instaladas en el Bío-Bío, son usadas en forma normal y las personas en general ignoran el peligro existente, especialmente si mientras este dispositivo es usado, se conectan otros dispositivos de alto consumo, como hornos microondas, planchas, hervidores, secadoras de ropa, etc., ya que las instalaciones en general son antiguas y no se encuentran adaptadas para un nivel de consumo simultáneo tan elevado, con el consiguiente peligro de incendios y electrocuciones.

Los riesgos de estos artefactos para la ciudadanía son evidentes. Una mala instalación puede costar muy caro.

Una ducha eléctrica consta básicamente de una resistencia metálica enrollada, como se aprecia en la siguiente imagen, la cual toma contacto directo con el agua y un diafragma que ejerce el rol de interruptor. Para evitar que la corriente circule hacia la persona que se ducha, se dispone de un conductor de color verde o verde/amarillo que tiene la misión de llevar esa corriente a tierra.

Siempre la corriente eléctrica buscará el camino más expedito para llegar al piso, el cual es otorgado por ese conductor. Si ese conductor no existe o no está conectado satisfactoriamente a tierra, el riesgo de electrocución es latente, ya que dicha corriente buscará entonces llegar al suelo a través del agua.

Interior de una ducha eléctrica. Resistencia que toma contacto directo con el agua y la calienta.

Se hace un llamado a través de esta publicación a evitar este tipo de artefactos y preferir vías alternativas de calefaccionar el agua (como un calefont por ejemplo) e infórmese al respecto con un Instalador Autorizado SEC.

Y a las autoridades (Superintendencia de Electricidad y Combustibles y Ministerio de Energía), se les hace un llamado a hacer valer nuestra normativa y emitir un decreto de prohibición de esta clase de artefactos en el mercado nacional, que además de consumir muchísima energía y elevar nuestras cuentas de electricidad, ponen en serio peligro a la población, especialmente cuando quien instala estos dispositivos no realiza un adecuado dimensionamiento de los conductores eléctricos y de la capacidad máxima de consumo de la instalación eléctrica. No esperemos a que ocurra una desgracia para emitir oficios circulares y Resoluciones Exentas en forma tardía.

Existen muchas viviendas sociales que fueron entregadas con este sistema de duchas eléctricas, las cuales debiesen ser regularizadas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cambiando dichos artefactos por alguno que realmente garantice la seguridad de las personas. Como podemos apreciar, la falencia tiene ya bastantes años.

Esta columna es gentileza del Ing. Cristián Vargas Ravelo, ex Fiscalizador SEC, Diplomado en Regulación del Sector Eléctrico de la Universidad de Chile, Gerente General de “Geinsec SpA, Ingeniería Eléctrica, Asesorías e Inscripciones SEC” y Presidente de Autorizados SEC Chile

 

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