En una columna de opinión publicada por Cooperativa, la senadora Adriana Muñoz D`Albora (PPD) analizó las críticas que se han venido emitiendo de parte de integrantes “varones” de la Nueva Mayoría hacia la Presidenta Michelle Bachelet. Muñoz sostiene que “se reitera un patrón cultural machista que apunta a las mujeres como débiles y carentes de temple”.
Titulada como “Liderazgo Político y Testosterona“, la parlamentaria considera “desleal” y “poco prudente” los cuestionamientos a la conducción de la mandataria, los que provienen del “fuego amigo”, es decir, de los propios partidarios del Gobierno y los cuales camuflan mediante esta critica su desacuerdo con aspectos relacionados a las reformas.
“Hace unos días, el ex Presidente Lagos, en una entrevista, hacía veladas críticas a la Presidenta Bachelet. Para ello comparaba ciertos episodios de su administración con la actual. Más recientemente, el ex Ministro Carlos Figueroa acusa falta de conducción política a la primera mandataria”.
Agrega la socióloga que estas declaraciones más un “raro tironeo” entre personeros y directivas políticas, que después se desmintió, constituyen un “fuego amigo”. Por lo cual “ante un escenario complejo se espera máxima prudencia y lealtad”.
“Son hechos que no pasan inadvertidos. Primero, porque se trata de “fuego amigo”, aquél que no proviene de opositores, sino desde la propia alianza. Lo anterior, no significa acallar las críticas, indispensables para corregir. Sin embargo, ante un escenario complejo se espera máxima prudencia y lealtad”.
Por otra parte, resalta que estos hechos “provienen de líderes varones, que resaltan la necesidad de mayor decisión y fuerza. Lo curioso es que al mismo tiempo que se cuestiona esa aparente debilidad se critican transformaciones y aspectos de ellas que muestran todo lo contrario, decisión de impulsarlas, como las reformas tributaria, laboral, educacional o constitucional, el proyecto sobre aborto o el fin del binominal”.
Concluye Muñoz que “bajo la acusación de falta de conducción, en realidad hay un desacuerdo con algunos contenidos, lo que es legítimo, pero debe decirse así, sin camuflarlo y por las vías adecuadas”.
“Se reitera un patrón cultural machista que apunta a las mujeres como débiles y carentes de temple, cuando en realidad es un liderazgo diverso, más inclusivo y menos avasallador, más sereno y menos ruidoso, que puede gustar o no, pero que ciertamente avanza, lo que a algunos parece molestar”.